25 dic 2018

La Atlántida y Tartessos

Seguramente Platón no tuvo conciencia del problema que estaba generando, cuando mencionó en sus diálogos la existencia de una enigmática isla más allá de las Columnas de Hércules. Hoy día, sumergida, olvidada y rechazada, la ubicación de la Atlántida se presenta como uno de los misterios más recónditos de la arqueología.
Mapa de Atlantida


 El testimonio puesto en labios de Critias en el diálogo de Platón (427-347 a. C.), junto al aparecido en el Timeo, otro diálogo del mismo filósofo, son la primera y única referencia histórica a la supuesta existencia del Continente Perdido de la Atlántida. Punto de inspiración de escritores, artistas, diseñadores de juegos de ordenador para Indiana Jones, bohemios y toda clase de buscadores de fama y gloria, el Continente Perdido sigue cautivando con sus enigmas a los modernos detectives del pasado, quienes, cotejando información proveniente de diferentes fuentes, intentan reconstruir el trasfondo histórico de esta leyenda milenaria.

Qué duda cabe de que algo anómalo para el entendimiento de la época debió de existir en la Antigüedad. Tal y como reflexiona el escritor Colin Wilson, no necesariamente tuvo que ser la gran civilización explicada por el filósofo Platón. Sin embargo, los restos del paso de una cultura hoy desconocida permanecieron en el inconsciente colectivo de los hombres como algo que todos tuvieron a bien denominar Atlántida. En este sentido, creo que Wilson tiene razón. No creo que haya que negar por negar. Nadie está afirmando que los atlantes tuvieran una supertecnología con aviones, armamento sofisticado, grandes obras de ingeniería, etcétera. Se está hablando de un pueblo superior, pero superior para un griego del siglo V antes de nuestra era. ¿Qué se puede entender por superior en esta época? Seguramente, los mismos romanos les parecerían increíblemente desarrollados.

Son muchos los lugares que se han querido identificar con la cuna de este insólito Continente Perdido, en donde la sabiduría de sus pobladores desbordaba el conocimiento de todos sus contemporáneos. Canarias, Tartesos, los Países Nórdicos o la propia Grecia, son algunos de los lugares más comunes con los que se ha identificado este enigmático continente.

La Atlántida y Tartessos 

Tomando como base la mención de una tal Gadeiros en el relato de Platón (¿Cádiz?), y su hipotética posición “frente a las columnas de Hércules”, más de uno se ha lanzado al vacío adelantándose a asegurar que la civilización atlante fue en realidad nuestra misteriosa Tartesos -la misma Tarshis que aparece mencionada en la Biblia. Esta civilización debió de estar situada al sur de la Península Ibérica, aunque en la actualidad no existe una sola prueba arqueológica que demuestre con exactitud dónde estuvo Tartesos. A esta débil mención de Cádiz en los diálogos del filósofo griego debemos añadir que, casi con toda seguridad, Tartesos se encontraba muy cerca de las Columnas de Hércules, lo que resulta ser otro aliciente para identificar ambos espacios geográficos.

En definitiva, no hay más evidencias de la Atlántida que las expuestas por Platón y que, por desgracia, hasta ahora, no han tenido ninguna correspondencia con la arqueología. No sé si la Atlántida existió o no. No lo puedo decir, pero es sospechoso que solamente un autor del mundo clásico hablara de algo así y no haya más referencias al respecto.


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